Sobre esta mesa fue colocado el pan de la preposición, o de la
"presencia", llamado así porque estaba delante de él (Ex. 25:30).
Cuando Jesús nos habló en Juan 12:24 sobre el grano de trigo que no muere no lleva fruto; evidentemente nos estaba hablando de su propia persona que iba a morir y luego llevar mucho fruto. Es por todos conocidos que el grano de trigo debe ser molido para producir la harina, harina de la cual se hace el pan, que es presentado delante de Dios. Sin duda este "morir del grano" significó mucho dolor, por eso Isaías 53:5 nos describe los sufrimientos de Cristo a causa de nuestros pecados.
El incienso puro que se colocaba sobre los panes significaban la devoción de Jesús a su Padre, y que había aceptado satisfactoriamente su sacrificio en la cruz, "como ofrenda encendida a Jehová" (Lev.24:7)
El candelabro
Ex. 25:31 "Harás también un candelero de oro puro;
labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus
copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo."
El combustible para el alumbrado era de aceite puro de oliva (Ex.27:20-21; Lev.24:1-4).
Notemos que en cuatro ocasiones Dios le dice a moisés, "mira…, haz todo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte". Cada detalle significaba mucho para Dios porque aquello fue el tipo fiel de "aquel verdadero tabernáculo, que levantó el Señor y no el hombre" (Heb. 8:2)
Figura Nº14
Fue hecho de una sola pieza y tallado a mano, el peso aproximado fue de 34 kg. (Éx 37:24) un talento. No sabemos la medida que tenia este elemento, pero por el peso podemos estimarlo. Consistía en un pie y su caña, y de sus lados salían seis brazos tres para cada lado, en cada brazo había tres copas en forma de flor de almendro, una manzana y una flor. En la caña central del candelabro cuatro copas en forma de flor de almendro sus manzanas y sus flores. En el extremo de cada uno de los siete brazos tenía copas que contenían el aceite de oliva donde iba colocado unas despabiladeras (mecha) que luego se encendían.
Este candelero de oro estaba situado al lado sur del Lugar Santo. Las siete lámparas ardían continuamente; ellas daban la única iluminación que tenía el santuario (Ex.25.31-40; 26.35; 27.20-21; Lv.24.1-4).
Tal como se explicó la única luz era de este candelero, no había luz natural, esto es figura de la luz de Dios. Y de la misma forma que no conocemos las dimensiones del candelero, esto nos indica también de que la luz de Dios es sin límites. El candelero es tipo del Señor Jesucristo, veamos a Jesús en el evangelio de Juan.
Él es la luz: (Juan 1:7-9)
Él es la luz de los hombres: (Juan 1:4)
Él es la luz del mundo: (Juan 8:12)
Cristo definitivamente es la luz del mundo. La plenitud de sus perfecciones ilumina a la iglesia, conduciéndola en su caminar. En cuanto a la Nueva Jerusalén, "La Gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera" (Ap. 21.22-23).
Notemos que la luz fue lo primero que creo Dios, la luz es una fuente necesaria para la vida de todas las cosas, de toda la creación. Jesús dice en tres evangelios que nosotros somos la luz del mundo, la luz de Jesús que brilla a través de los suyos es aquella que brilla para alumbrar al mundo. Dice que cada lámpara estaba llena de aceite esto es figura de la unción del Espíritu Santo en nosotros que estamos llenos de Él. El creyente que esté lleno del Espíritu Santo pondrá su vista solamente en Jesús, cuando Moisés bajo del monte dice que su rostro resplandecía a causa de la gloria y de la unción del Espíritu Santo. Pero el candelabro estaba puesto en la tierra para alumbrar en la oscuridad.
El candelabro estaba hecho totalmente de oro. El oro es figura de la divinidad de Dios. También tenía siete lámparas esto es figura de la perfección de Dios. Fue labrado a martillo, esto nos habla de los sufrimientos de Jesús en la cruz a favor nuestro. La copa de almendra que había en cada brazo nos recuerda la resurrección de Jesús, el almendro es el primer árbol que florece luego de un duro invierno, así es Jesús que florece, resucita en nosotros.
El Altar del incienso
Ex. 30. 1 "Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás. Su longitud será de un codo y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo. Y los cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro"
El altar de incienso llamado también el altar de
oro, a diferencia del altar de holocausto que era de bronce.
La construcción de este altar era sencilla, medía 1 codo x 1 codo
x dos codos de altura, tenía en la parte superior una corona que evitaba
que se cayera el incienso allí depositado, también tenía
cuatro cuernos uno en cada esquina, cuatro anillos de oro estaban debajo de
la cornisa o corona que servían para meter dos varas de madera de acacia
recubiertas de oro para poder transportar el altar. El altar de incienso estaba
ubicado frente a la puerta del lugar santísimo (el velo), y el humo del
incienso quemado llenaba los dos lugares. Se quemaba sobre él incienso
mañana y tarde, el perfume sagrado delante de Jehová (Ex.30.1-8,
34-38)
El símbolo del humo del incienso subiendo al cielo
es aplicado por Juan a la oración de adoración y de intercesión
(Ap.5.8; 8.3-4; Sal 141.2) Del mismo modo así es Cristo presentado en
Su ministerio de intercesión perpetua y todopoderosa, de grato olor al
Señor (Ro.8.34; Heb.7.25; 2Co.2.15). La vida de Jesús fue una
vida de oración permanente, el siempre se retiraba a solas para hablar
con el Padre, y ahora el está sentado a la diestra del Padre intercediendo
por nosotros. Este altar es un altar de adoración donde el sacerdote
quemaba el incienso y este elevaba un perfume grato delante de Jehová.
Dios busca verdaderos adoradores (Jn. 4:23,24) (salmos 5:7). Debemos entender
también que nuestro altar de oro es el Señor Jesucristo, es como
el altar a través del cual nuestras ofrendas son presentadas y él
como abogado e intercesor aboga por nuestra causa. El es nuestro único
pontífice y sumo sacerdote (Heb. 9.11, 24).
Tenía una corona de oro; Esto nos simboliza a Jesús coronado en gloria y en honra, (Heb. 2:9). En el altar de sacrificio no había corona esto es Jesús crucificado pero en el altar del incienso nos muestra a Jesús resucitado.
Debemos también destacar que Aarón quemaba incienso aromático sobre el cada mañana y no debía ofrecer sobre él, incienso extraño, (Ex. 30:7-10). El castigo era terrible como lo vemos ejemplificado en los atrevidos hijos de Coré y todos sus séquitos (Núm. 16.1-40) el fuego de Jehová los consumió y abrió la tierra y los tragó. Otro ejemplo es el del rey Usías cuando su corazón se enalteció y se atrevió a entrar en el templo para quemar incienso extraño en el altar de perfume, a causa de esto vemos que le apareció al instante una terrible lepra (2Cr.26.16-23).
La puerta al lugar Santísimo o llamado también "el velo".
Ex. 26:31-33 "También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines; y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata".
Figura Nº 16 Puerta al Lugar Santísimo
El velo, es de igual tejido que las demás telas, con cuatro colores, sostenido por cuatro columnas, separaba el Lugar santo del Santísimo
(Ex.26.31-33); a diferencia de la cortina, estaba bordado con querubines, símbolo de la presencia inaccesible de Jehová, "dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo" (Heb.9.8).
El sacerdote entraba una sola vez al año y siempre llevaba en su mano la sangre de la expiación, las cuatro columnas que sostenían el velo tenían sus capiteles de oro y sus basas de plata; Las bases de plata le daban el derecho de pasar bajo la sombra del velo por la seguridad obtenida en la redención por el cordero de Dios.
En Hebreos 10.20 es figura de la humanidad de Cristo (1Tim. 3.16; Jn. 1:14), de esto entendemos que como el velo ocultó la presencia de Dios de los hombres, así el cuerpo físico de Jesús oculto del ojo carnal la plena manifestación de Dios. A la hora que Jesús muere en la cruz, el velo del templo se rasgo desde arriba hacia abajo (Mt.27.45-52), esto es la imagen de la carne desgarrada del Señor Jesucristo, a través de la cual tenemos desde entonces libre acceso al Lugar Santísimo, en la presencia inmediata de Dios, tal como lo expresa el libro de Hebreos. (Heb.10.19 y 20; 4.16).
Este velo tenía querubines que guardaban los lugares inaccesibles como está escrito en (Gn.3:24)
"Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto del
Edén querubines, y una espada encendida, que se revolvía por todos
lados, para guardar el camino del árbol de la vida".
Ellos guardaban con celo la santidad de Dios que había sido ultrajada por el pecado.
El Lugar santísimo
Figura Nº 17 Lugar Santísimo
El único mueble en el lugar santísimo era el arca con su cubierta llamada el propiciatorio que era una sola pieza con los querubines.
(Ex.25.10) "Harán también un arca de madera de acacia,
cuya longitud será de dos codos y medios, su anchura de codo y medio,
y su altura de codo y medio. Y la cubrirás de oro puro por dentro y por
fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor". (Heb.9.4b)
"En la que estaba una urna de oro que contenía el maná,
la vara de Aarón que reverdeció y las tablas del pacto."
(Heb.9.7) "En la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una
vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los
pecados de ignorancia del pueblo."
Este mueble nos representa la presencia de Dios manifestada. Sobre este mueble estaba la columna de fuego de noche y la nube de día. Básicamente era una caja de madera de acacia recubierta en oro, la cual tenía una tapa llamada propiciatorio. Dos Querubines estaban sobre esta tapa. Cada Querubín miraba hacia abajo significando la manera de acercarse a Dios. Al igual como ya lo hemos mencionado que en el capítulo 3 de Génesis cuando Dios puso querubines para resguardar el acceso al Árbol de la vida, es decir, para evitar la libre comunión con Dios. Ahora sobre el arca estos querubines señalan el único acercamiento posible hacia Dios.
El Arca
Figura Nº 18 Interior del arca
Es el principal objeto del Tabernáculo y el más completo tipo de Salvación. Era el único objeto en el Lugar Santísimo, con la excepción de un incensario de oro (Heb. 9.4). Era un cofre de madera de acacia recubierto de oro, que medía 2,5 codos de longitud, 1,5 de ancho y 1,5 de alto (Ex.25.10-15). Ya sabemos que contenía las dos tablas de la Ley (v.16, Heb.9.4), que condenaban a muerte al pecador, sin excepción alguna, y lo excluían de la presencia de Dios. Contenía además un vaso de maná y la vara de Aarón que había florecido (Heb. 9.4; Ex. 16.33; Num.17.3). Nos manifiesta a Cristo como "el pan de vida" (Jn.6.32- 33,51) y la vara con la resurrección, el que tiene el poder de resucitar de entre los muertos (Rom.1.4)
Moisés era el único que podía entran libremente en el tabernáculo sin necesidad de sacrificio cuantas veces quería, porque Dios allí hablaba con él y le daba instrucciones para el pueblo (Ex.25.22), en Lev. 17.7-9 vemos que Moisés entró en diferentes días dentro del tabernáculo, salvo cuando Dios erigió el tabernáculo (Ex.40:34) Moisés no pudo entrar a causa de la gloria de Dios. En Moisés vemos a un tipo de Cristo como mediador entre Dios y los hombres (1Tim. 2.5; Is. 61.1)
El propiciatorio
La cubierta del arca de oro puro se llamaba "propiciatorio" (Ex. 25.17-22) recordando así la Divinidad y Deidad de Dios, labrado a martillo recordándonos los sufrimientos de Cristo en la cruz. El propiciatorio nos habla de la misericordia de Dios manifestada hacia el hombre, en Cristo. La sangre rociada sobre el propiciatorio nos recuerda que la misericordia está basada sobre la justicia y muerte de Jesús en la cruz.
Figura Nº 19 Propiciatorio
El sumo sacerdote depositaba allí, una vez al año, la sangre de la expiación, ofrecida por los pecados de todo el pueblo (Ex.25.17; Lev. 16.14-15). Así, esta sangre se ponía por encima de la ley, como diciéndole a Dios: "Señor, tu ley santa ha sido cumplida; una víctima a muerto en lugar de los pecadores. ¡Perdona ahora a causa de esta sangre derramada!".
Obviamente esto es cumplido por completo por Cristo, quien no ofreció sangre de un animal sino su propia sangre, como sacrificio para el perdón de nuestros pecados. Una vez que la obra de Cristo fue cumplida, los pecados son "quitados" (Heb.9.26; 10.4, 11-18). En ella vemos el "asiento de la gracia", es la misericordia de Dios derramada a la humanidad, a través del sacrificio redentor de Jesús su Hijo.
Los querubines:
Sobre el propiciatorio y en una sola pieza estaban hechos dos querubines de oro con sus alas extendidas uno en frente de otro cubriendo todo el propiciatorio. Dios moraba entre los querubines y desde allí se comunicaba con los sacerdotes (Ex.25.22; Núm. 7.89; 1Sam.4.4; 2Rey. 19.15; Is. 37:16).
En el lugar santísimo no había luz, pero la gloria de Dios que moraba entre los querubines llamada la Shekinah iluminaba todo el lugar.
Estos querubines no estaban allí para traspasar al pecador (Gen.3.24), estaban desarmados, con el rostro vuelto hacia el propiciatorio, hacia la sangre (Ex.25.18-20). Estos querubines estaban sobre Cristo, quien cumplió plenamente la voluntad de Dios, cumpliendo la ley. En cuanto al Señor, Él mismo había declarado a Su pueblo: "Allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio". (v.22). Definitivamente el único lugar de reencuentro entre Dios y el pecador es en la cruz, dónde la sangre de Jesús expía los pecados, al haber sufrido en nuestro lugar todo el rigor de la ley. Sabemos entonces que la sangre de la víctima era derramada sobre el propiciatorio, de la misma forma la Sangre de Cristo es derramada sobre el propiciatorio.
Las tablas de la ley
(Deut. 10.1-5) Estas tablas fueron las segundas que Dios le mandó a Moisés preparar. Las primeras tablas habían sido quebradas ante la idolatría del pueblo (Ex.32.19). Estas tablas contenían la ley de Dios que ningún hombre pudo ni podrá cumplir excepto nuestro Señor Jesús esto nos recuerda que nosotros no podemos cumplir la ley, pero Jesús que la cumplió nos hizo justos a través de Él de esto nos habla el libro de Romanos "la justificación por la fe".
La vara de Aarón que reverdeció
(Num.17.7) La vara en la escritura es figura de fuerza y poder, esta vara que reverdeció nos recuerda a la resurrección de Jesús, entonces podemos decir que por el poder de Dios, Jesús resucitó de los muertos para salvarnos de nuestros pecados.
El testimonio, o el maná
(Ex.16.33-34).El testimonio era una urna de oro donde se puso el maná, esto nos recuerda que Jesús es el pan de vida y el que come de este pan vivirá eternamente, es símbolo del pan que descendió del cielo. También nos recuerda la provisión milagrosa de Dios durante cuarenta años en el desierto. Nos muestra con creces la fidelidad de Dios, que aún a pesar de nuestro comportamiento, como lo fue el del pueblo, Dios sigue ocupado de satisfacer nuestras necesidades. Los israelitas debían recoger cada día un "gomer" de maná. Tal debe ser nuestra parte, alimentarnos de Cristo cada día.
(Un gomer es la décima parte de un efa).
En conjunto – el Arca, el Propiciatorio y los Querubines, vino a ser así no ya el trono de Dios en juicio, sino el de gracia. Es Cristo coronado como Señor y Rey. Todo nos habla de Jesús y de su obra redentora, vemos en ello, de una manera sorprendente y profunda, como él respondió plenamente a la justicia y al amor de Dios (Sal.85.10), el trono de la gracia está fundado sobre la obediencia de Cristo hasta la muerte.
V.- Conclusión
En conclusión podemos decir fehacientemente que todo lo que Dios le dio a Moisés para construir y que fuera el "Tabernáculo", el lugar de reunión del pueblo escogido, dentro del cual Dios se manifestaría, es indiscutiblemente Jesús en toda su magnificencia. En Cristo vemos a Dios manifestado, es la Plenitud de la divinidad en él. Cada parte que Dios pidió construir, se debía hacer con dedicación, con un corazón para Él. Nada de lo que se hizo, podía ser hecho o realizado sino se tenía claro a quién se le estaba confeccionando. Esto es muy importante especialmente porque en nuestro caso, todas las cosas deben ser realizadas con un corazón para Dios, para agradarle a Él, por sobre los hombres. Jesús al estar en medio nuestro en su mortalidad como hombre, le vemos simbolizada esta mortalidad en los materiales que son corruptibles, los cuales daban forma estructural del tabernáculo. Estaba Su Divinidad, representada en aquellos metales preciosos que le daban el toque perfecto y sublime de la construcción. En pocas palabras el Tabernáculo es Cristo revelado en el Antiguo Testamento.
A continuación se encuentra un dibujo que resume lo que es el tabernáculo, y la simbología de Cristo en esta construcción.
Es bueno que pudiéramos darnos el tiempo de descubrir los 7 (siete) "YO SOY" que se encuentran en el tabernáculo. Definitivamente nos ayudarán a darnos cuenta con mayor claridad que Jesús es el Mejor Tabernáculo, y al mismo tiempo el sacrificio perfecto delante de Dios, y que nos revela el único camino y la verdad y la vida a la cual cada uno puede aspirar, y anhelar con todo el corazón, con todas las fuerzas y con todo nuestro ser. Cristo vino para enseñarnos a Amar a Dios por sobre todas las cosas, tal como él lo hizo.
Autor:
Pr. Guido Russ
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